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Aprende qué es lo que debes hacer cuando la preocupación te invade...

Miles de personas sufrimos casi a diario situaciones de preocupación que nos pueden afectar la vida, y en muchos casos la preocupación que tenemos es casi infundada, ya que nos preocupamos por hechos que aún no pasan o de los cuáles no tenemos la certeza.

Las típicas preguntas que llenan nuestra cabeza son acerca de cosas que no esperamos, o de qué podrían pasar, y nos torturamos con pensamientos que simplemente nos llenan de energía negativa y que no son beneficiosos para nuestro desenvolvimiento diario. Además, las preocupaciones traen consecuencias negativas física y mentalmente.

El doctor Richard Davidson, fundador del Centro para la Investigación de la Mente Sana habla acerca de lo que la preocupación genera en nuestro interior.

Los seres humanos están dotados de una gran corteza prefrontal, que nos da la capacidad de hacer viajes en el tiempo mental. Eso significa que podemos anticipar el futuro y reflexionar sobre el pasado, que claramente tiene sus ventajas, pero también puede crear un montón de problemas.

Podemos preocuparnos por el futuro. Podemos anticipar amenazas que no se producen en realidad, lo que, en la mayoría de los casos, resulta ser mucho más significativo que las amenazas reales.

No te preocupes por situaciones que aún no existen o que ya pasaron. Las soluciones llegan a nuestra mente cuando estamos mucho más relajados, que cuando estamos con la mente estresada. El poder de dejar las preocupaciones solo está en tu fuerza de tu voluntad.

Nuestro cerebro reacciona con estrés

Lo que nos preocupa también nos estresa. Cuando estamos pensando en algo y seguimos dando vueltas sobre el asunto, nuestro cerebro segrega sustancias como el cortisol y la adrenalina, que en el mejor de los casos nos ayudan a reaccionar rápidamente en el corto plazo, pero que también nos pueden llevar a un estado de estrés. La cuestión es que puede que nos ayude a a seguir pensando en lo que nos preocupa y no actuar como una solución efectiva.

Escribe lo que te preocupa

Libera tu mente de esos pensamientos que te preocupan y escribelos en una agenda o un papel:

Cuando tengas esto escrito comienza a analizar punto por punto y anota todas conclusiones y posibles soluciones que puedas encontrar a este problema que te está preocupando demasiado.

Ejercita tu mente

Cuando una preocupación invade nuestra mente podemos llegar a puntos en los que pensamos que ya nuestro cerebro no da más. Deja de lado lo que estás haciendo, y practica algunos ejercicios mentales que te puedan alejar de esa preocupación. Puedes llenar crucigramas o sopa de letras, son ejercicios clásicos que te pueden liberar de aquella preocupación. No olvides levantarte de tu sitio y dar algunas vueltas.

¿Qué tipo de preocupación es?

Muchas veces nos preocupamos por situaciones inexistentes. Recuerda que la preocupación también puede traer efectos fisiológicos que pueden afectar tu organismo, por eso es importante que reconozcas el tipo de preocupación que puede estar aquejandote. Comienza a respirar profundamente para inducirte en la relajación física y mental. Si ya sabes cómo puedes reaccionar cuando estás en situaciones de preocupación podrás saber qué es lo mejor que puedes hacer en estas situaciones para que no caigas en el estrés mental.

Respira y detente a pensar...

Tal vez te estés preocupando de más. Muchas veces nos hacemos un remolino en un vaso de agua. Es por ello que la observación analítica es importante para la resolución del posible problema. ¿Es relevante tanta preocupación por aquel problema? ¿Se puede solucionar? Hazte preguntas que te ayuden a encontrar un punto de equilibrio a ese problema o situación que no te permite estar tranquilo.

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