Cómo identificar y evitar una estafa de correo electrónico

Las estafas siempre han existido, pero ahora los delincuentes también están en Internet para encontrar allí las víctimas de su próximo ataque. Las cifras de fraude en línea han aumentado y las técnicas de engaños a través de mensajes de correo electrónico se han multiplicado, haciéndose cada vez más sofisticadas.

Hay métodos de estafa virtual clásicos ya muy conocidos por los expertos en seguridad informática. Para las personas comunes quizá podría ser difícil de reconocer a simple vista, ya que aparentan ser comunicaciones reales, pero con un poco de entrenamiento y conociendo la estructura típica de estos mensajes podrán detectar y prevenir.

Tipos de mensajes fraude:

Las estafas pueden contener las historias más diversas y hasta sorprendentes, como por ejemplo correos electrónicos para colaborar con organizaciones benéficas en campañas para salvar niños enfermos o moribundos, mensajes informando que has ganado la lotería o algún viaje gratis, oportunidades de obtener puestos de trabajo, mensajes de celebridades o sobre rescate de animales.

El fraude más recurrente son los falsos mensajes por email, donde el emisor se hace pasar por una compañía de prestigio para que las víctimas puedan confiar, entre ellas encontramos las empresas bancarias, de caridad, o de comercio electrónico. A través de mensajes de alerta tratarán de engañar a los usuarios para que instalen software malicioso o entreguen información personal como nombres completos, contraseñas, números de tarjeta y de identificación.

A esa técnica se le conoce como Phishing. Todos estos mensajes tiene la intención final de robar dinero, ya sea directamente de las cuentas o usando la información privada para robar la identidad y solicitar créditos, trasferir dinero ilícito u otra actividad de fraude.

Anatomía de una estafa de correo electrónico

Mira el siguiente ejemplo para identificar y evitar ser víctima de una estafa típica de phishing, ya que les ayudará a reconocerla cuando llegue a su bandeja de entrada.

1. Los ciberdelincuentes tienen mala ortografía y gramática: las grandes empresas cuentan con editores profesionales que cuidan la buena redacción de sus comunicaciones, por lo que los mensajes con errores gramaticales son sospechosos. Revisa la ortografía y la gramática, mira la calidad de la presentación, de las imágenes, busca cambios de fuentes, textos sin sentido o incompletos.
2. Cuidado con los enlaces de correo electrónico: por lo general se pide responder al mensaje o hacer clic en algún enlace. Si el mensaje ya es sospechoso y además incluye enlaces, no los abras. Puedes posar el puntero del ratón, sin hacer clic, sobre el enlace para ver si la dirección real coincide con el enlace que se escribió en el mensaje. Otra forma muy conocida de engaño en los enlaces es cambiando solo algunas letras en la dirección URL, que puede ser muy similar al de una empresa conocida.

3. Alertas y amenazas. Muy populares son los mensajes de fraude alertando que tu cuenta de Hotmail podría cerrar o tu perfil de Facebook está en peligro si no haces caso a ese correo que te pide verificar tu cuenta o enviar información privada.
4. Usan el nombre de empresas conocidas. El engaño llega a tal punto que usan el nombre en las firmas y colocan imágenes y logos para dar más credibilidad a sus correos.

Consejos y tips:

• Antes de eliminar los mensajes de fraude, márcalos con la opción "Denunciar suplantación de identidad" que tienen los servicios de correo electrónico para ayudar al sistema a detectarlos mejor.

• Ten muy en cuenta que la mayoría de empresas bancarias y otras grandes compañías de prestigio tienen como política no pedir información personal a través del correo electrónico. Desconfía de un mensaje que te solicita datos privados.

Conclusión

Ahora que estás informado y sabes qué elementos típicos contienen los mensajes fraudulentos podrás detectarlos con mayor rapidez. Estos mensajes suelen aprovecharse de la codicia y la ingenuidad de sus víctimas, tus mejores herramientas son la precaución y el sentido común.

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